Aunque solía vivir en París, Gabrielle “Coco” Chanel (Saumur, 1883- París, 1971) pasaba largas temporadas en su particular residencia de Lausana, un oasis de paz que le permitía disfrutar de la soledad de un paisaje de ensueño. La diseñadora, revolucionaria de la moda de la primera mitad del siglo XX, aseguraba sentirse en esta ciudad como en su propia casa. Hoy, cuarenta y dos años después de su muerte, su tumba en el cementerio Bois-de-Vaux, en Lausana, sigue siendo visitada a diario por sus admiradores, quienes contemplan las cinco cabezas de león esculpidas en un gran bloque de mármol según un diseño que, según se dice, fue realizado por ella misma.
Como Coco Chanel, muchos otros famosos eligieron, y lo siguen haciendo hoy en día, esta ciudad suiza como lugar de residencia debido a su particular encanto y a la discreción de quiénes residen en ella.
Intelectuales como Voltaire o Rousseau; escritores románticos como Lord Byron, quien escribió su poema El prisionero de Chillón desde el puerto de la misma ciuda; o actores como el cómico Charles Chaplin, quedaron prendados de la belleza de este rincón suizo. También la actriz y cantante británica Julie Andrews, la gran Liz Taylor o los deportistas Michael Schumacher y Roger Federer se cuentan entre los que han sido, o son todavía, algunos de sus residentes más populares.
La historia de la ciudad se remonta al siglo IV a.C., cuando los romanos construyeron un campamento militar que fue tomando importancia por el tráfico de barcos por el lago Leman. Durante el siglo XI se convirtió en un pequeño centro político, económico y religioso que alcanzó su apogeo en el siglo XIII. En 1798 fue proclamada capital del recién creado cantón del Leman, que posteriormente se convirtió en el cantón del Vaud.
Lausana, construida en tres colinas rodeadas de viñedos a las orillas del lago Leman, es una ciudad que goza de una inmejorable calidad de vida y de un patrimonio natural envidiable. Además, no hay quien se resista a la elegancia de sus parques, sus coquetas tiendas, sus excelentes hoteles, cafés, restaurantes y museos. Todo ello, junto al hecho de ser la sede del Comité Olímpico Internacional, la convierten en una perfecta combinación de ciudad comercial, universitaria y deportiva a la vez.
La capital del cantón de Vaud es uno de los núcleos culturales más atractivos de toda Suiza. El MUDAC, Museo de Diseño y Artes Contemporáneas Aplicadas (Pl. de la Cathédrale, 6); el centro de estudios Rolex, en el campus de la Escuela Politécnica Federal, obra del estudio japonés SANAA (Sejima, Nishizawa y Asociados), ganadores del el premio Pritzker de Arquitectura 2010; y el Museo de los Juegos Olímpicos (Quai d’Ouchy, 1), lleno de obras de arte relacionadas con el deporte, son algunas de las joyas culturales de esta ciudad. El Teatro de Vidy goza también de fama mundial.
Y para los admiradores de la buena cocina, a pocos días de abrir su primer establecimiento en París, La Dame de Pic, la chef francesa Anne-Sophie Pic, la única tres estrellas Michelin en el mundo, sorprende a los visitantes con un restaurante en el Beau-Rivage Palace (Place du Port, 17), un lujoso hotel cinco estrellas frente al lago Leman. Este hotel cuenta también con un SPA, el Cinq Monde, con tratamientos de rostro y cuerpo, así como una gran piscina, en la que sumergirse tras una tarde de shopping por el centro de la localidad: Bon Génie, Bally, Cartier, Hermès o Vuitton son sólo algunas de las prestigiosas firmas que se pueden encontrar.
A tan sólo una hora en tren de Lausana y otros 10 minutos en funicular, en una soleada meseta sobre el valle del Ródano, los dos pueblos de Crans y Montana, situados a 1500 metros de altitud, forman uno de los centros turísticos más importantes del Valais, Crans-Montana, un paraíso para los amantes del esquí con más de 140 kilómetros de pistas esquiables. 120 años después de la apertura del primer hotel de Crans-Montana, este sigue siendo uno de los enclaves de montaña más chic de Europa. Dotada de una excelente red de remontes, además de unas excelentes pistas de esquí, anchas, largas y de desniveles constantes, tiene un par de pistas negras, zonas de ski cross y la posibilidad de realizar fuera pistas en Plaine Morte, Aminona y Col de Pochet. También es posible practicar excursiones con raquetas de nieve, montar en trineo, patinar sobre hielo o hacer excursiones en globo para gozar del espléndido paisaje.
Crans-Montana cuenta con un club de golf, el Crans-sur-Sierre Golf Club, abierto todo el año, actividades familiares y una oferta de restaurantes exquisitos. El Memphis (Rue du Prado, 19) es una excelente opción para el après-ski acompañado de un buen plato caliente, en Le Mont Blanc (Plans Mayens) se puede disfrutar del show culinario desde una mesa situada en la misma cocina y en la barra del Ratatouille (Rue du Prado, 9) es recomendable degustar uno de los vinos de la región del Valais.
Finalmente, para cerrar una larga jornada de esquí, no hay nada mejor que una visita al Spa del hotel Guarda Golf 5*, para disfrutar de uno sus tratamientos de belleza en un entorno de lujo y confort.
La jet set italiana suele frecuentar este resort singular por su comodidad y sofisticación.
Links imprescindibles
www.MySwitzerland.com
http://www.Lausana-tourisme.ch
http://www.crans-montana.ch/
Credits: publiqué una versión de este artículo en febrero de 2013 en hola.com
Photos: Xavi Larrull