La imagen personal es mucho más que una cuestión de estética, es una nueva forma de comunicación no verbal, una herramienta sumamente poderosa que podemos utilizar en nuestro propio beneficio.
Aunque la cultura, las costumbres sociales y las actitudes tienden a homogeneizar la imagen del hombre, cada uno posee unas características que lo hacen único. Saber vestir adecuadamente en cada momento y situación es uno de los pilares del éxito. Haz la prueba. Ponte delante del espejo. ¿Qué silueta proyecta tu cuerpo? ¿Cuáles son tus puntos fuertes? ¿Te favorecen las prendas que llevas? Ahonda un poco más. ¿A dónde te diriges? ¿Deseas despertar una pasión desgarradora o tal vez lograr ese ansiado empleo? Quizás no te hayas fijado nunca, pero el poder subyugante de las formas geométricas está condicionando no sólo tu armario, sino fundamentalmente tu grado de éxito social. “La importancia que ha adquirido la moda hoy testimonia la voluntad general de singularizarse, escapando al conformismo y a la homogeneidad. Es imposible imaginar la moda sin un individuo autónomo, que expresa sus esperanzas y deseos propios”, nos recuerda el sociólogo francés especializado en el mundo de las tendencias, Guillaume Erner.
Para aprender a vestirte en función de tu físico, antes que nada debes identificar la silueta de tu cuerpo. Diseñadores de moda y estilistas diferencian básicamente entre 3 siluetas: trapezoidal, rectangular y en triángulo invertido.
Silueta trapezoidal
Corresponde a los hombres con los hombros más anchos que la cadera. Se trata, pues, de una figura que destaca por su armónica proporción y que, por tanto, admite cualquier tipo de prenda, con líneas rectas, sinuosas o quebradas. Por consiguiente, de lo único que debes preocuparte es de la imagen que deseas transmitir. Así, por ejemplo, si optas por colores fríos conferirás seriedad a tu look, mientras que los colores más cálidos aportarán cercanía. Una buena opción si deseas lograr una imagen dinámica es combinar distintas tonalidades y jugar a acentuar intensidades cromáticas. En lo que hace referencia a los estampados, las rayas te darán altura, mientras que los cuadros y los motivos grandes con colores en contraste te aportarán volumen.
¿Sabías qué?
– En el ámbito profesional el color desempeña un papel crucial. ¿Sabías que se calcula que en las presentaciones el color mejora la comprensión del mensaje en un 60 por ciento y prolonga la atención del receptor en un 82 por ciento?
– En Roma el color era la base para la estratificación social, pues tan solo el emperador podía vestir de púrpura en el Coliseo y los senadores y políticos tenían adjudicada una tonalidad para la toga en función de su rango. Muchos siglos después el blanco inmaculado se ha convertido en el principal sinónimo de la elegancia. “Lo admitan o no, los hombres se lo ponen para llamar la atención hacia su genio y figura, o para asociar su persona a la de un célebre personaje del pasado, ya sea Hemingway, Truman Capote, Mick Jagger o incluso Puff Daddy”, expone Jenny Germer, estilista y diseñadora de moda en Cortefiel, Mango e Inditex.
MANGO
Silueta rectangular
Según Elisabet Olivé y Montse Guals, estilistas, fundadoras y codirectoras de la empresa de asesoría de imagen Quémepongo, la silueta rectangular es aquella en la que los hombros están en línea con las caderas.
En tal caso, tu objetivo es potenciar tus hombros y suavizar tu cadera para conseguir una silueta más trapezoidal. Utiliza prendas estructuradas en los hombros. Evita las mangas caídas y opta por las montadas, las sastre y las martillo. Las líneas horizontales en hombros resultan muy favorecedoras, como en el canesú y las rayas horizontales en polos y jerséis. Los tejidos de textura gruesa o con relieve son también muy apropiados.
Es fundamental evitar los pantalones con pinzas muy profundas. Busca la caída y el peso para suavizar las caderas, algo que también se logra optando por los colores oscuros en lugar de los claros.
¿Sabías qué?
– La silueta rectangular es sinónimo de bienestar y de confort, así como de pertenencia al status quo. “Ahí radica su diferencia con la figura vertical. El hombre de negocios viste trajes holgados, mientras que el gángster y el detective de cine noir, que tan bien ejemplifica Humphrey Bogart en El Halcón Maltés, busca en la ropa un vehículo para expresar su exquisitez y su talante decisorio, así como su superioridad social respecto a la moralidad impuesta”, ejemplifica Maya McCarthy, responsable de Fashion Culture del departamento de Fashion Design del Istituto Europeo di Design (IED) de Barcelona..
– Una cosa es querer evitar ser el foco de atención y otra pasar inadvertido. Por eso es importante que aunque debas llevar traje para ir a trabajar y desees estar lo más cómodo posible, busques prendas acordes con tu figura. Si tu silueta es más bien rectangular, es preferible que optes por una americana de líneas rectas, que realce tu altura y proyecte una imagen cercana pero seria. Opta por aberturas centradas en la espalda de la americana, en lugar de laterales. Restarás así amplitud a tu cadera. Un pantalón de líneas oblicuas, a diferencia de un patrón más redondeado, te aportará esbeltez.
– El dinero nunca duerme, como demuestra la película Wall Street, interpretada por Michael Douglas y Charlie Sheen, así como su secuela estrenada en 2010. No en vano ambas películas cuentan con la misma estilista, Ellen Mirojnick, lo que nos permite evaluar su particular visión de cómo ha ido evolucionando el estilo business a lo largo de los últimos 20 años. En la primera película, Michael Douglas viste con camisas azules de cuello blanco, grandes tirantes, pantalones de cintura alta y grandes corbatas con pequeñísimos nudos: el típico look que los ejecutivos llevaban a finales de los 80 y principios de los 90. En la segunda parte, los tirantes han quedado en desuso y se ha recuperado el chaleco, pieza esencial en la versión moderna de este modo de vestir. También podemos ver en ambas películas looks más casuales pero sin perder un ápice de elegancia, como la combinación de cazadora de cuero y jersey de amplio cuello en forma de V. Los zapatos de doble hebilla plateada se han convertido desde finales del 2010 en uno de los calzados que se antojan esenciales en lo que al look business se refiere.
Silueta en triangulo invertido
“Es aquella en la que la cadera es muy estrecha comparándola con los hombros, es decir, hay desarmonía”, exponen Olivé y Guals.
En este caso tu objetivo debe ser suavizar los hombros y potenciar la cadera. Para ello, te recomendamos usar prendas poco estructuradas en hombros, con líneas y formas sinuosas. Las mangas raglán y las caídas también te favorecerán. Evita los tejidos rígidos. Para la parte inferior de la figura, lo básico es lograr volumen, mediante pantalones con pinzas y con bolsillos para potenciar la cadera.
¿Sabías qué?
– A lo largo de la historia la silueta en triangulo invertido ha sido empleada para expresar poder y prestigio. Todo empezó en la Inglaterra de los Tudor, cuando Enrique VIII y sus cortesanos empleaban camisas de anchas hombreras que prácticamente no les permitían moverse. Las calzas eran ajustadas y largas, y el calzado era de cuero suave y liso. “El objetivo: expresar dominio social y poder. Por eso mismo siempre andaban con la espalda erguida y el mentón ligeramente inclinado hacia arriba, postura que propiciaban también los anchos cuellos almidonados de las camisas, abotonadas adelante en forma entrecruzada y sujetadas por detrás”, explica Maya McCarthy. Las joyas eran imprescindibles para definir el status social de una persona, incluso más que la indumentaria. “A día de hoy los accesorios tampoco son complementos, son piezas fundamentales de cualquier look que se precie o que busque transmitir sensibilidad, buen gusto y sobretodo poder adquisitivo”, expone Alessandro Manetti, director del IED Barcelona.
Otras siluetas:
Silueta triangular
En este caso los hombros son más estrechos que las caderas y, a la vez, caídos. Como explican Elisabet Olivé y Montse Guals, “si posees esta silueta tu objetivo debe ser estructurar y potenciar tus hombros, así como suavizar tus caderas para conseguir la silueta ideal. Utiliza siempre las camisas con canesú, en las de rayas el efecto es mayor, por lo que te potenciarán los hombros. Tus mangas ideales son la montada y la sastre. Te aconsejamos los tejidos con cuerpo”.
El pantalón recto es el ideal para esta silueta, especialmente aquel con cuerpo y caída.
Silueta oval o círculo
Los hombros son de nuevo más estrechos que la cadera, pero en este caso hay una ligera sinuosidad en la cintura.
Al igual que en el caso de la silueta triangular, debemos buscar que la indumentaria nos ayude a estructurar los hombros y dar más esbeltez en el talle. Por consiguiente, evita las líneas muy redondeadas en hombros y los contrastes de color. Utiliza tonalidades oscuras u opacas.
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¿Cuál es tu chaqueta ideal? Por Elisabet Olivé y Montse Guals, autoras del libro Y yo, ¿Qué me pongo?, editado por el sello Libros Cúpula.
Chaqueta con un botón: Aporta altura y esbeltez. Tendrás una imagen seria
Chaqueta con dos botones: Aporta esbeltez. Tendrás una imagen conservadora.
Chaqueta con cuatro botones: Aporta amplitud. Tendrás una imagen seria y cercana.
Chaqueta cruzada: Aporta amplitud y resta altura. Tendrás una imagen seria y segura.
Chaqueta larga: Aporta altura y esbeltez. Tendrás una imagen seria y formal.
Chaqueta cuello mao. Aporta volumen y resta altura en cuello. Tendrás una imagen seria y distante.
Chaqueta de punto: Aporta volumen por las líneas y bolsillos. Tendrás una imagen sobria y cercana.
Sahariana: Aporta volumen por los bolsillos. Tendrás una imagen jovial e informal.
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Crisis versus bonanza económica
En época de crisis se refuerzan las estéticas más conservadoras. Según Jaume Vidiella, “se prefieren las líneas más ceñidas, que dan seguridad, ya que el hombre siente el cuerpo más tirante y la imagen parece más combativa, más precisa y menos difusa. Estamos más en alerta y más tensos y las líneas más suaves no nos ayudan a mostrarnos preparados”. Sin embargo, cuando pasamos a las colecciones de alta costura, nos encontramos con una figura de triangulo invertido, con pantalones ajustados e incluso tobilleros, que denotan la inestabilidad social. Esta tendencia sigue presente en las colecciones para el próximo invierno. Si bien los pantalones seguirán siendo estrechos, no tanto como el pitillo, el bajo se alza de nuevo hasta el tobillo, dejando al descubierto un calzado desprotegido. Cerruti exageró esta tendencia en casi todos sus modelos de traje, al igual que Kenzo. “Una innovación y extravagancia contenidas por la crisis. Modelos elegantes y discretos que recuperan los códigos masculinos de antaño” comenta el modisto francés Gaspard Yurkievich. La estrechez no es algo exclusivo de los pantalones sino que las cazadoras y los chaquetones, acostumbrados en anteriores ocasiones a presentarse “oversize”, se han contagiado y han desfilado más ajustados al cuerpo. ¿Los colores? Oscuros, masculinos e invernales, café y tabaco. No hay demasiado atrevimiento, solo hay gris y, como mucho, azul petróleo y óxido.
En cambio, en épocas de esplendor económico, la silueta se relaja, los pantalones toman más anchura, subiendo hasta la cintura y jugando a aprovechar la caída propia de la tela del pantalón que, aún recogida en cierta forma por la rodilla, permite una anchura en los bajos que requiere unos zapatos prominentes, de horma más cuadrada. Como dice el refrán: “tenemos los pies en el suelo”.
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Tipologías del hombre contemporáneo, por Jaume Vidiella, estilista, director de Arte, docente en el ámbito de las tendencias en las escuelas IED e IDEP y miembro de la junta directiva de Moda FAD.
Hombre clásico: España es un país muy conservador en indumentaria masculina y se sigue asociando el buen gusto a marcas como Ralph Lauren, de patrón más rectangular. En Madrid esta idea de un vestir impecable que implica ciertas dosis de dandismo tiene más presencia que en Barcelona. Es un estilo conservador que podemos asociar directamente a los valores de la derecha, donde el traje impecable, estructurado, de triunfador en las finanzas es un clásico que nos remite a la imagen sobria y estricta de Hugo Boss y Zegna.
En momentos de sport se eligen colores sobrios, pantalones holgados, jeans desgastados y polos y prendas asociadas al deporte de las élites.
Look David Beckham: Prendas ceñidas que responden a estilismos basados en la ropa deportiva convertida en look casual. Mezclas osadas, pasión por los estampados y los gráficos potentes y ningún tipo de reparo en cuidarse al máximo (bronceado, cosmética avanzada, masajes, terapias, etc…).
Hippie chic: Profesional liberal que viste de una forma más relaja y fluida, con un toque intelectual, apostando por combinaciones de colores no estridentes pero que huyen de lo aburrido y mezclan un sport sofisticado con prendas más formales pero que jamás pecan de rigidez, como las propuestas Prada, Dries Van Noten o Bottega Veneta.
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Una elección para cada situación
Entrevista de trabajo: Se desaconsejan los colores muy oscuros, especialmente el negro. Asimismo, hay que huir de las prendas muy anchas o demasiado ceñidas. “si nos hemos de poner traje y no estamos acostumbrados a llevar esta prenda es recomendable vestirnos así unos días antes para coger confianza”, recomienda Vidiella.
Shutterstock, vía Milenio Digital
Comida con clientes: al estar sentados hemos de evitar grandes volúmenes o chaquetas muy estructuradas que impedirán la libertad de movimientos. Mejor tonalidades oscuras, pues las camisas blancas siempre corren el riesgo de mancharse escandalosamente y de delatar nuestro sudor.
Primera cita: no hay una segunda oportunidad para causar una primera impresión, pero eso no significa que debamos disfrazarnos de otra persona. “La idea es ser uno mismo, por lo que se aconseja llevar algo con lo que nos sintamos cómodos y habituados para así olvidarnos de la ropa y centrarnos en la otra persona y en la conversación inicial”, nos advierte Jaume Vidiella. Evitar los colores extremos, que despisten la atención, así como los muy apagados y los volúmenes muy amplios que tienden a acortar la silueta o hacerla parecer difusa.
De viaje: la búsqueda de comodidad no debe propiciar en ningún momento que descuides tu imagen. Asimismo, es importante que tu equipaje sea versátil. Nunca sabemos realmente si hará suficiente calor o si pasaremos frío. En este sentido las superposiciones de prendas son una gran opción, desde una camiseta de algodón debajo de una camisa hasta un suéter o chaleco por encima de esta última. Son muchos los personal shopper y asistentes de imagen que recomiendan que al hacer la maleta juegues un poco con los estilismos que tienes pensado lucir cuando estés fuera de casa. De este modo evitarás llevarte cosas innecesarias. “Te aconsejamos que por cada prenda de ropa de la parte inferior te lleves tres de la superior. Lo mejor es que combine todo entre sí y, si ves que queda alguna prenda suelta, no te la lleves. Elimina los “por si acaso”, lo único que conseguirás es que pese más tu equipaje”, concluyen Elisabet Olivé y Montse Guals.
Credits: publiqué una versión de este artículo en 2012 en Best Fashion, suplemento especial de Men’s Health.
Photos: Esto es Cris, Las Molinas, quémepongo, CoolTown Fashion, Vestirtebien
