Desde siempre he amado viajar. Es mi pasión, creo que compartida con mucha gente. Imagino que todos tenemos una to-do list de sitios que soñamos visitar. Mi primera aventura estadounidense fue a los 14 años y en California. Desde entonces he visitado numerosas ciudades de Norteamérica, pero lo cierto es que Miami, quizás por los numerosos tópicos (que si es el Salou o el Benidorm de EEUU) nunca se me había pasado por la cabeza.
Uno de mis mejores amigos se mudó a Miami hace unos meses por trabajo y su esposa es también comisaria de arte en Miami Beach. Así que, a mitad de marzo, durante una noche de lluvia, me tiré a la piscina (luego me tiraría al mar más azul que he visto nunca) y decidí que me iba a Miami.
En diciembre vuelvo y es que es una de las ciudades más maravillosas que jamás he visitado, no sólo por su arquitectura (en Miami Beach tienen el segundo distrito art-decó más grande del mundo), sino por la gente. En cierto modo es una ciudad europea, cosmopolita, con gente acogedora y repleta de artistas jóvenes con ganas de hacer cosas y experimentar con performances, pintura, instalaciones… por algo Miami Beach es ahora la sede de la feria de arte contemporáneo más importante del mundo: Art Basel Miami Beach (https://www.artbasel.com/en/miami-beach).
Antes de seguir, eso sí, aclaremos un poco la historia de la séptima ciudad más poblada de EEUU (y sí, para moverse por ella es necesario un coche, como en Los Ángeles).
Miami Beach (uno de los barrios de Miami al que se accede vía puentes y que no hay que confundir con otros distritos que conforman esta urbe, al igual que ocurre con Barcelona) empezó a ser el retiro de empleados de las grandes firmas automovilísticas de Chicago, Detroit y Nueva York a principios de los años 30. Un poco antes, en 1925, nació el distrito Art Decó, claramente influenciado por la Exposición de Artes Decorativas de París de 1925. En los años sesenta, con el boom europeo de los Swinging Sixties y la llegada a Europa de diseñadores como Calvin Klein o Diane von Füstenberg, fueron muchos los diseñadores y fashionistas que viajaron a Miami para ver qué se cocía y que se instalaron allí prendados de su encanto. Entre ellos, Gianni Versace, quien, desafortunadamente, fue tiroteado frente a su casa a finales de los noventa. Por aquel entonces, Fidel Castro había abierto la veda de su isla: no sólo se fueron de Cuba quienes querían otro régimen, sino también criminales y ladrones que hasta entonces estaban en prisión. El asesinato de Gianni Versace marcó un hito en la historia negra de la ciudad, aunque el suceso no disuadió a numerosos artistas famosos de establecer su residencia aquí. Hoy en día uno puede bañarse en sus playas de fina arena y mar turquesa sin temor alguno por sus pertenencias.
Así pues, ahora mismo, podemos aparcar los clichés y tópicos. ¿Os acordáis de “Corrupción en Miami”? Hoy en día Don Johnson estaría en el paro (… bueno, quizás tras poner de moda el smoking blanco con camiseta se dedicaría a la publicidad… como hizo Tom Selleck con los mocasines de Gucci).
Y abro un gran paréntesis para contar que la fachada de la casa de Versace es la tercera más visitada de EEUU, tras La Casa Blanca y el hogar de Elvis. El Dakota building de NY, donde asesinaron a John Lennon, va por detrás. Quizá, porque como os contará el guía del Decó Art District (voluntarios que os enseñarán a identificar los edificios auténticos y preservados y también el arte MiMo: Modern Miami. http://www.mdpl.org/welcome-center/), hasta hace un par de años aún había la mancha de sangre de la cabeza de Gianni en uno de los maceteros de la entrada de la casa…. Al final el sol se lo ha llevado todo, pero por la noche y por el equivalente a veinte euros podéis degustar una Mimosa en este ahora hotel que antes fue su casa y contemplar la piscina que logró construir el diseñador en un momento en qué aún las leyes para preservar este rincón artístico no eran tan estrictas (y adoro estas leyes).
Una visita de más de una hora (poneos protección solar) por todo el distrito, incluyendo el Victor Hotel y otros hoteles donde tocó Frank Sinatra, se rodaron películas como “Algo pasa con Mary”, etc. cuesta tan sólo el equivalente a 20 euros. De camino, además, veréis el Decó Dinner (161 Ocean Dr), donde se come, según muchos europeos y americanos, la mejor tarta de queso del mundo.
L’art pour l’art
Me pongo a versionar Wikipedia: El art decó no es moco de pavo. El estilo racionalista de la gran Bauhaus (si nunca vais a Berlín el museo Bauhaus es visita obligatoria) bebe del art decó.
En muchas fachadas de los edificios art decó de Ocean Drive, la principal avenida de Miami Beach, veréis motivos egipcios. Es fruto de que en esos años hubo progresivos descubrimientos arqueológicos en ese país que marcaron asimismo su impronta en las líneas duras y la solidez de las formas de este estilo arquitectónico.
Como estilo de la edad de la máquina, el art decó utilizó las innovaciones de los tiempos para sus formas: las líneas aerodinámicas, producto de la aviación moderna, iluminación eléctrica, la radio, el revestimiento marino y los rascacielos. Estas influencias del diseño se expresaron en formas fraccionadas, cristalinas, con presencia de bloques cubistas o rectángulos y el uso de la simetría. El color se nutrió de las experiencias del fauvismo: figuras trapezoides, zigzags y una importante geometrización de las formas son comunes en el art decó. Ahora todo son tonos pastel, pero eso ocurrió en los ochenta, antes los edificios no eran ni rosas, ni azules ni amarillo neón incluso, que de pastel poco, pero llamativo mucho.
El caso (y lo dicho, he versionado Wikipedia), es que si ahora un hotel quiere ampliarse, debe construir la parte nueva de forma distinta al edificio original, de modo que todos podamos reconocer que es una parte añadida. Pensemos también que son edificios de tres plantas. Eran jubilados y en esa época no había ascensor. Algunos hoteles lo fueron incorporando, pero poco a poco, pues Miami Beach era un destino para gente de clase media por entonces y los propietarios de hoteles se lo pensaban dos veces antes de instalar nuevas tecnologías.
Detalle off the record: todos los hoteles tienen wifi gratis: colaos en uno y os sentáis en la entrada cual turista, tendréis tiempo para responder mails y whatsapps. Los bares de esos hoteles son prohibitivos, mejor ir al Decó Dinner o aprovechar un happy hour en el que te sirven una mimosa en una copa gigante donde hay casi un litro y, qué importa parecer rata, podemos beber más de una persona. Lo maravilloso de Miami es que la gente no te juzga, al menos su mayoría, pues sus orígenes son humildes.
Y hablando de colarse (Mecano me viene a la cabeza, madre mía): id al Clay Hotel. Yo logré colarme en las tres habitaciones en las que Al Capone hacía sus reuniones secretas. El hotel ha ido de capa caída, pero pedid en español a alguien del equipo de limpieza que os abra la puerta y sentid la fuerza de la mafia… es una experiencia única y sí, traviesa (http://www.clayhotel.com). Por cierto, delante de este hotel hay un American Apparel donde comprar a casi mitad de precio lo que valen las prendas de esta marca en nuestro país. En el Clay, además, cuentan con un café inspirado en Diego Rivera y Frida Kalho donde se come de maravilla.
Tras un tour así, id a bañaros. Lo más típico es hacerlo en la 13 o 14ª con Ocean, pero los autóctonos van hasta la 2ª… y allí hay la última caseta de la playa de estilo art decó, una maravilla de faro que al atardecer se convierte en un lugar de cuento.
Design district
El arte urbano inunda las calles de Miami. En cualquier rincón, incluso en una cabina telefónica, podrás apreciar dibujos que son fruto de artistas locales.
Este barrio de Miami, que estaba totalmente relegado al olvido hasta hace apenas unos años, ahora es el barrio chic de la ciudad. Localizado en una encrucijada muy ventajosa –justo al sur de La pequeña Haití por un lado y del artístico barrio Wynwood por otro, con Buena Vista al norte y lujosos barrios al noroeste–, el Design District era, hasta hace una década, un barrio sin futuro. Todo cambió cuando la mente del empresario Craig Robins y su gran poder adquisitivo empezaron a hacerse con edificios en esta zona, que abarca nada menos 18 manzanas cuadradas. Robins persuadió a varios diseñadores como Alison Spear, Holly Hunt y Peter Page a desplazarse a este inhóspita parte de la ciudad. El Design District empezó a resurgir de forma vertiginosa, a crecer año tras año y ahora compite con Miami Beach en lujo y glamour. Los almacenes abandonados se han convertido en flamantes galerías de arte y cada segundo sábado del mes tiene lugar la llamada Noche de diseño y arte de 19 a 22h. Así, 130 galerías de arte localizadas en este barrio abren sus puertas y tiran la casa por la ventana ofreciendo al público música, entretenimiento y bebida.
En 2009, Christian Louboutin abrió la primera tienda de lujo en el Design District, infundiendo a este barrio un nuevo soplo de vida y marcando una nueva era. Es más, Robins, el gran benefactor del Design District, ha dicho que planea traer de 20 a 30 tiendas de lujo al DD para el año 2015. Se trata definitivamente de un barrio joven y, a la vez, bohemio chic. Aunque los precios son altos, siempre existe la oportunidad de apreciar exquisitos diseños, buen arte y saborear una copa con amigos en uno de los bares de moda. Para los que estén buscando muebles auténticos y de calidad, este es, sin duda, el sitio para comprar (si tu bolsillo te lo permite).
PAMM
Miami tiene numerosos museos y durante Art Basel Miami Beach siempre hacen actividades especiales, pero además del museo de Arte Contemporáneo (hay incluso un John Baldessari), mi museo preferido es el PAMM (http://www.pamm.org). El edificio en sí mismo ya es alucinante (y situado al lado del estadio donde juegan los Miami Heat de baloncesto con Dwyane Wade a la cabeza), con columnas rellenas de plantas y vistas al mar…. Cuentan con una extensa colección de obras de arte conceptual y su tienda de regalos es el paraíso. Hay incluso flamencos hechos con materiales reciclados. Apunte: los flamencos en Miami son un mito. Si los quieres ver hay que ir a una reserva natural y tener suerte, porque lo que sí hay en Miami y sus alrededores de Florida son cocodrilos. El Parque Nacional de los Everglades (cuya traducción podría ser ciénagas eternas) es un humedal de más de 6.000 km2 y que merece la pena sobrevolar para ver aves, garzas y eso, muchos cocodrilos.
Coconut Grove
Sí, Miami es una ciudad a la que me planteo mudarme (eso sí, necesitaré coche) por su pasión artística, su carácter cosmopolita y la eterna primavera en invierno (envidia: yo estas navidades las pasaré bañándome en la playa, se siente). Eso sí, si termino allí, mi barrio será Coconut Grove. Allí viven mis amigos y se encuentra la mejor hamburguesería del mundo, Lokal (https://www.facebook.com/LoKalMiami). Cuentan con hamburguesas vegetarianas y en lugar de patatas fritas te traen boniato frito. Un paraíso.
Coconut Grove es un barrio conocido por su tranquilidad y su belleza natural. Situado cerca de Coral Gables, al sur de la ciudad de Miami, la exuberante vegetación de Coconut Grove se funde con las azules aguas de la cercana Bahía Vizcaína de Miami, dándole una luz especial a los viejos caserones de roca coralina. En sus inicios, alrededor del año 1800, este mágico lugar atrajo con sus alojamientos económicos a muchos artistas, músicos y escritores. Coconut Grove fue una ciudad independiente hasta que en el año 1925 pasó a ser un barrio de la ciudad de Miami. La ciudad es una maravilla de locales y librerías regentadas por gente de todo el mundo y el único lugar de Miami donde puedes ir en bicicleta de un lado a otro.
Para los fashionistas
El establecimiento Bazaar (3094 Fuller St Coconut Grove) vende desde pulseras de influencia surrealista con detalles como el ojo de Magritte, a marionetas italianas con más de 60 años de antigüedad, pasando por bellos cojines con motivos mejicanos. Si, como hacen los locales, quieres salir a correr a lo largo de Bayshore Drive y olvidaste tus zapatillas, Sportive (3015 Grand Ave # 230) tiene tu solución. A la vuelta de la esquina, encontrarás Maui Nix (3015 Grand Ave #145) con todos los artículos necesarios para practicar surf y mucho más. Durante tres días de cada febrero, el Festival de Artes de Coconut Grove invita a los artesanos de todo el mundo a ofrecer sus artesanías.
Ubicado entre Alton Rd y Washington Avenue se encuentra Lincoln Road, obra del fundador de South Beach, Carl Fisher. Se trata de un coqueto bulevar salpicado de exclusivas boutiques, cines, galerías y librerías. Compra un boyfriend jean en Christian Audigier (442 Lincoln Road) y luego pruébate varios pares de zapatos en Steve Madden (82 Lincoln Road), el diseñador que acaba de lanzar una colección con Chiara Ferragni (http://www.theblondesalad.com). Para aquellos que pensaban que Coral Gables era un lugar donde sólo existen tiendas de novias, quizá deberían volver y darse una vuelta por la histórica Miracle Mile. Además de ser una de las calles más elegantes del sur de Florida, Coral Gables es la meca de las boutiques de lujo. Tanto si buscas joyería exótica como moda a prueba de recesión o de alta costura, este lugar ofrece mucha variedad.
Adornada con muebles antiguos, Habit Boutique (256 Andalusia Avenue) ofrece prendas de diseñadores locales que no sobrepasan el equivalente a 80 euros. Además, pone a tu alcance fabulosos vestidos Lush de algodón, pantalones de Ru Ducky, faldas de vuelo, sandalias con pedrería y tops escoceses.
Desde los más modernos hasta los accesorios más clásicos, todos los artículos en la tienda son versátiles, cómodos y básicos para cualquier guardarropa.
Miamireality
Lo mejor de Miami: que en cualquier época del año (aunque en agosto preparaos para la humedad) puedes bañarte, vivir buen tiempo y empaparte de cultura. Es el trópico en su versión más vanguardista. Miro el calendario y cuento los días para ir de nuevo. ¿Queréis tips? Pues comments y yo feliz de recomendar y preguntar a mis amigos de allí. El paraíso no está en la otra esquina, está en Miami y Miami Beach.