Après Ski es la firma de Lucía Vergara, cuya mente creativa y habilidad manual dan vida a joyas selectas. La marca nació en 2009 en Barcelona, después del paso de la diseñadora por compañías como Lydia Delgado y Ailanto. Encontrar el lugar perfecto para la creación de sus colecciones no fue tarea fácil. Durante mucho tiempo, Vergara se planteó dejar de tener una tienda-taller, al pensar que encontrar un local a pie de calle, en la ciudad y dotado de luz natural sería misión prácticamente imposible. De ahí que, durante meses, la diseñadora buscara un local sin espacio para la atención al público. No obstante, muchos amigos suyos que conocían sus planes le insistieron en la idea de conservar la estructura de tienda-taller, por ser más rentable y práctica. Finalmente, consiguieron hacerla desistir de su plan inicial.
Ocurrió la misma semana en que salió en alquiler un espacio justo a la vuelta de la esquina de su por entonces estudio, un local situado en el número 11 de la céntrica calle Vigatans. La diseñadora se haría con él y lo transformaría por completo.
Cuenta Lucía que el local estaba en muy mal estado y que, al estar pintado de negro, parecía mucho más pequeño y oscuro. Sin embargo, le encantó que entrara tanta luz por las numerosas ventanas que tenía, así como sus techos altos y suelo de madera. Lucía vio enseguida las infinitas posibilidades de aquel espacio. Lo primero que hizo fue pintarlo todo de blanco (excepto la carpintería exterior, para la que escogió un tono verde) y pulir los suelos, dándoles una pátina de aceite para que recuperasen su color original de madera natural.
Como estar en casa
Los amigos de la diseñadora continuaron desempeñando un papel importante en la génesis del taller. Así, por ejemplo, su amigo Alfredo López le prestó algunos muebles de su marca Owl, que encajaron a la perfección en el espacio que Lucía había creado. En otra ocasión, el estudio se enriquecería de la mano de Robbie Whitehead, que presentó en Après Ski unos dibujos de líneas infinitas y personajes enigmáticos. A Lucía le gustaron tanto aquellos retratos que decidió dejarlos en las paredes de su estudio.
Todo el equipo trabaja mano a mano en un mesa de grandes dimensiones ubicada a la vista del público, de forma que el proceso de creación de las joyas queda a la vista del cliente. La diseñadora nos explica que así se entiende mejor el producto y se valora más el trabajo manual. También nos confiesa que en un principio pensó que esta exposición al público le incomodaría, pero que enseguida pasó a tener la sensación de estar como en casa. No es de extrañar pues éste es un espacio con pedacitos de ella, de sus amigos y de todo lo que la inspira: la fauna, la flora, las geometrías y el universo. Motivos que vemos traducidos en los collares, pulseras, pendientes y objetos de madera de Après Ski.
Credits: publiqué una versión de este artículo en a Magazine, The LIfestyle Magazine by Grupo aFinance
Photos: Après Ski y Flaminia Pelazzi