Para muchos, el verano es sinónimo de vacaciones, viajes, deporte al aire libre y, cómo no, de esos imprescindibles baños en la playa o la piscina. Suena idílico, y puede serlo siempre y cuando adoptemos las medidas necesarias para cuidar nuestra piel ante la sobreexposición solar a la que la sometemos. El cloro de las piscinas, el salitre del mar y los rayos ultravioletas son tres de los agentes más agresivos a los que nuestra piel se enfrenta a diario durante el período estival, por no hablar de la consabida contaminación que reina en las grandes ciudades. Para lucir una piel revitalizada, fresca y en su esplendor natural, hay que prepararla en cuatro sencillos pasos en los que coinciden los expertos: exfoliación, hidratación, alimentación y exposición gradual. De esta manera, podremos fortalecer la piel desde dentro de cara a prevenir los temidos daños del sol y podremos lograr un bronceado sano y duradero.
Credits: artículo publicado en el número de verano de la revista del Círculo Ecuestre de Barcelona