Dinamarca ocupa el segundo lugar en la lista de países más felices del mundo, según el informe anual que la ONU lleva realizando desde 2012. En anteriores ocasiones, ocupó la primera posición. De ahí que el concepto hygge se haya popularizado internacionalmente como sinónimo de todo aquello que conlleva bienestar, comodidad y relax.
Si hace años, con ACNE y By Malene Birger a la cabeza, el minimalismo, el oversize y las paletas de color oscuras eran lo que definía el Made in Scandinavia, la nueva generación de diseñadores daneses apuesta por la recuperación de técnicas tradicionales como el bordado, el ganchillo y los plisados, lo que ha hecho que sus mayores ventas tengan lugar en el Reino Unido y que las colaboraciones cápsula entre diseñadores de culturas parecidas se conviertan en un sold out en pocas horas o en pocos días.
La firma con sede en Singapur, excolonia británica, Charles & Keith, lanzó a finales del pasado mayo su colaboración con la danesa Cecilie Bahnsen: cuatro modelos de zapatos, tres de estilo Mary Jane con dos bandas y una exquisita moule, con tejido acolchado y uno incluso con patchwork floral. Inmediatamente se vendieron como rosquillas a pesar de su precio. Bahnsen se inspiró para su diseño en los antiguos uniformes de colegio, al igual que el resto de su colección para este otoño/invierno.
“Con la experiencia en zapatos que tienen Charles Wong y Keith Wong, creamos esta colección que quiere unir el universo masculino, en cuanto al tailoring y los materiales, con la feminidad del calzado escolar femenino”, relata Cecilie Bahnsen, una de las máximas representantes de esta nueva ola danesa que está imponiéndose en todo el mundo y que en nuestro país está abanderada por la influencer y empresaria Blanca Miró, con casi 450.000 seguidores en Instagram.
Miró ha popularizado otras firmas del país escandinavo como GANNI, Britt Sisseck o Helsted, firmas independientes que luce junto a prendas de marcas londinenses como Vilshenko.
Otro nombre crucial del streetstyle, Monica Sors, con casi 500.000 seguidores en IG, trabajó precisamente para Designers Remix Collection by Charlotte Eskildsen antes de lanzarse con su blog y las redes sociales.
Bahnsen y muchos diseñadores de su generación son apodados como los 6 de Dinamarca, con la nostalgia de los 6 de Amberes, con Dries van Noten y Ann Demeulemeester a la cabeza; o el nuevo Bloomsbury group, dada su pasión por la tradición de los trajes victorianos que tuvieron que lucir Virginia Woolf y otros literatos antes de romper con la moral de esa época.
Precisamente estas nuevas voces en el diseño de moda son también pioneras en el uso de materiales reciclados, como demuestran cada año en sus desfiles en la semana de la moda de Copenhague, que este 2020 ha subido el listón de la sostenibilidad: en 2023 esta Fashion Week garantizará que todos sus diseñadores cumplan con al menos 17 requisitos mínimos de sostenibilidad, lo que implica el empleo de tejidos con certificación orgánica o reciclados, un packaging 100% sostenible y puestas en escena que generen cero residuos.
“La idea es ver cómo nosotros, como semana de la moda, podemos utilizar la plataforma para involucrar activamente a la industria y liderar el cambio”, remarca Cecilie Thorsmark, CEO de la Copenhagen Fashion Week (CPHFW).
“En todas las áreas del negocio, nos comprometemos cada día a tomar decisiones más responsables, ya sea investigar nuevos materiales o mapear nuestra cadena de suministro en la mayor medida posible”, declaraba a Vogue Nicolaj Reffstrup, fundador de Ganni y miembro del consejo asesor de la semana de la moda de la capital danesa.
En unos momentos en los que el coronavirus ha hecho que se alterase el calendario de la moda y muchas pasarelas dejasen de celebrarse o lo hiciesen vía streaming, del 9 al 12 del pasado agosto la Copenhague Fashion Week mantuvo muchos de sus acontecimientos de forma presencial, cumpliendo con los requisitos sanitarios pero apostando por la creatividad a la hora de idear espacios que otras capitales no han sido capaces de llevar a cabo.
“El estilo danés siempre ha sido conocido por su minimalismo o por el llamado boho femenino. Precisamente por ello comencé a trabajar con GANNI. Simplemente no podía relacionarme con esos dos estereotipos de estilo. Sentí que había una tercera vía que quería mostrarle al mundo. Era la forma en que mis amigas y yo nos vestíamos, llena de contrastes, personalidad y diversión. Creo que de eso se trata GANNI. Se trata de divertirse y hacerte sentir lo mejor posible”, afirma Ditte Reffstrup, Directora Creativa de la firma.
GANNI no quiere saber nada de seguir las tendencias y marca su propio ritmo. “Creo que en ello reside nuestra sinergia con Londres: ofrecer productos con materiales de gran calidad y acabados perfectos. ¡Vestirse puede ser un tan empoderador!”, añade Reffstrup.
“Trabajo para ambos mercados, y veo que los estampados florales, los cortes midi y maxi y la sostenibilidad son valores comunes”, revela desde Londres Olga Vilshenko.
“El diseño escandinavo ha sido durante mucho tiempo sinónimo de minimalismo, pero a nivel local en Dinamarca hay una inclinación hacia el maximalismo y el color, que siempre he querido celebrar en mi trabajo. Aquí hay un sentido de comunidad en lo que a diseño se refiere y nos apoyamos mutuamente”, recalca la danesa Stine Goya, que fundó su marca de lujo en 2006.
“Compartir estudio, los costes de mantenimiento de la maquinaria y poder adquirir buenas telas, así como crear conjuntamente, es una óptima solución para los que se gradúan en Diseño de Moda ahora que hay tanta competitividad en el sector y se trabaja aquí y allí”, explica Juan Salvadó, fundador de la firma Moschino en 1981 junto al desaparecido Franco Moschino, y actual Director de tesis en el Istituto Europeo di Design en Barcelona. “Como profesor intento dar mucha libertad a los alumnos. Yo les guío, pero quiero que se preserve su alma en las colecciones”, añade.
Es el caso de Carla Alberch, ganadora del premio Franca Sozanni a la mejor colección en 2019, un galardón que rinde homenaje a esta reconocida editora italiana. “Me fijo mucho en la nueva generación danesa y comparto su visión sostenible y su voluntad de crear prendas atemporales, a menudo inspiradas en los recuerdos y el valor de lo hecho a mano. Sus prendas desprenden una energía especial”, confiesa Alberch.
“Se trata de redefinir el lujo. Me encanta combinar la sensibilidad femenina del pasado con el confort que permiten nuevos tejidos y estampados. Junto con los diseñadores británicos, somos quienes rendimos un mayor honor a esas manos y técnicas artesanas inigualables”, nos explica la diseñadora danesa Astrid Andersen, quien precisamente cursó sus estudios en Moda en el Royal College of Art londinense.
“El diseño de moda danés no tiene una tradición detrás como en el caso del tailoring inglés. En términos de indumentaria, al contrario de lo que ocurre en arquitectura o interiorismo, hemos partido de la estética más funcional para lograr nuestra identidad, nuestra historia que contar, y, en ello hemos seguido la estela de calidad frente a cantidad de grandes figuras de otros campos que han hecho historia, como Arne Jacobsen, Poul Henningsen o Verner Panton”, declara otro gran nombre de la pasarela danesa, Britt Sisseck.
La editora de moda Pernille Teisbaek es la reina del streetstyle danés junto a la estilista Emili Sindlev, cuyo estilo se basa en combinar prendas con distintos estampados, una apuesta firme por los colores más llamativos, como el rojo o el amarillo y el heritage británico, con pichis, chalecos, babydolls y trajes chaqueta.
De forma inversa, las británicas Henriett Rix y Orlagh McCloskey, fundadoras de la firma RIXO, adorada por Margot Robbie y Kylie Jenner, entre otras celebridades, han visto como las it-girls danesas “son las que mejor demuestran que nuestros vestidos son idóneos para ir al trabajo, a una fiesta o para disfrutar de un brunch al aire libre durante el fin de semana”, apunta Henrietta Rix.
El debut de la marca en la CPHFW tuvo lugar tras su desfile otoño/invierno 2020 en la Semana de la Moda de Londres, presentando una colaboración con la maison Christian Lacroix: una serie de vestidos y accesorios que parten de piezas vintage.
Rix y McCloskey habían ideado visitar la capital de Dinamarca en un autobús de dos pisos de los años 60, bautizado como Joni, pero la pandemia les obligó a idear una forma alternativa de presentar su colección, en este caso en formato digital. Influencers danesas como Marianne Theodorsen se unieron a otras escandinavas, como Nnenna Echem en un fashion film que demuestra el estilo urbano local y colorido que vibra tanto en Vesterbrø como en el Soho.
“La generación minimalista de diseñadores ha envejecido. La música, la pasión por el deporte y la ética ecologista de hoy ha dado lugar a otro tipo de diseñadores, con la vista puesta en el vintage. ¡Cuando los diseños de los ochenta vuelven a estar de moda, difícilmente puedes escapar de los colores! Prefiero las palabras creatividad, personalidad, innovación y revisión en vez que discreción y refinamiento”, sentencia el gran Christian Lacroix en exclusiva para el Magazine Lifestyle de La Vanguardia.
GANNI
Creada en 2009 por Nicolaj Reffstrup, tiene como directora creativa a su pareja, Ditte Reffstrup. Actualmente cuentan con más de 400 puntos de distribución en todo el mundo y sus prendas aparecen tanto en las cabeceras y editoriales de las principales revistas femeninas del mundo como son adoradas por influencers. Su estilo sumamente desenfadado, que apuesta por un maximalismo XL, la mezcla de estampados y la superposición de prendas, ha encontrado en el color, incluso los más potentes, como el amarillo más ácido y el verde lima, su cotizada identidad.
ASTRID ANDERSEN
Fundada en 2011 por la diseñadora homónima, sus prendas fusionan el lujo con la estética tradicional del deporte, tanto para hombre como para mujer. Graduada en moda en Inglaterra, esta diseñadora incorpora a sus creaciones volúmenes conseguidos con técnicas del patronaje más artesanal contemporanizadas con una firme apuesta por la mezcla de tejidos y texturas. Su última colección revisita los setenta con cremalleras, detalles en lamé y ponchos con flecos.
STINE GOYA
Esta danesa creó su firma en 2006 buscando el equilibrio perfecto entre la feminidad y el máximo confort. Su paleta de color es más pastel que la de sus compatriotas y ha encontrado en el mundo de los accesorios un filón inagotable. Su estilo, más pop de los sesenta, destaca también por las múltiples colaboraciones que Goya realiza con artistas daneses de otras disciplinas, como es el caso, en la última CPFW, de Yilmaz Sen, que en 2019 trabajó para Balenciaga.
BRITT SISSECK
Fiel a la pasarela danesa, esta diseñadora lanzó sus camisetas y blusas al mercado en 2014. Fiel defensora del uso de materiales 100% orgánicos, ha ido incorporando a sus colecciones vestidos, pantalones y chaquetas para mujer buscando una sensualidad femenina con tejidos y patrones fluidos, que huyen del minimalismo de antaño y que resaltan por ese aura timeless tan anhelada hoy en día.
by Anna Tomàs