Palabras que todos conocemos: traje de baño. Luego vienen los dos piezas, el completo, el triquini que muchos ahora comentan, el culotte… Vamos, que ni la sociología da para tanto. Porque las tendencias son eso, se adaptan, se asientan y se niegan a no regresar.
Y me remonto en el tiempo. Seguro que alguno se acuerda de las películas de Alfredo Landa cuando llegaban a nuestro país las primeras turistas suecas y volvían locos a los españolitos de la época. Qué no, que esto no es un post en plan “viejuno”, más bien una clase de semiótica y cine. ¿Barbarella? 1962 y una espectacular Jane Fonda que nos quitaba el hipo. En seis años llegaría Ursula Andress y 007 contra el Dr. No. Un impactante biquini que causó sensación a nivel popular, pero que para el estudio de las tendencias en moda no ha significado lo mismo.
Y no sé si ahora es la crisis la que nos hace tener que elegir entre biquini o bañador. Recurro a WGSN y trendhunter, grandes pronosticadores internacionales de macro-tendencias, que llevan tiempo anunciando que el bañador es la prenda que, en el fondo, todas las mujeres necesitan para sentirse cómodas y atraer sensualmente las miradas masculinas. No lo muestres todo, seduce con el misterio… Mad Men rules…
Bañadores, one piece, en Barcelona.
Ivori y Jää by Lula
Jää significa hielo en finlandés. Pero sus colecciones son todo lo contrario. Sensuales, seductoras y cuidadas al máximo detalle, hacen que una sueñe y atesore las creaciones de baño de la joven diseñadora Lula Pubill. Los encontramos en Ivori, el paraíso de Carola Alexandre en la calle Mirallers, que los vende y los adapta. Puede afirmarlo con exactitud una periodista (me) con poco pecho que pidió un retoque y tiene su bañador by Lula desde hace dos años en azul celeste. Lo he metido incluso en el Mar Negro, en el the Secret Lagoon en Islandia y en muchas playas de aguas turbulentas. Intacto. Su valor es oro (pensando en las ruletas y en James Bond).
Ivori (carrer Mirallers, 7)
The Room y Robin
Guapa y cómoda. ¡Lo tenemos! Robin era para mí sinónimo de biquini hasta que me acerqué a The Room. Y claro, biquinis de ensueño, pero las que queremos un “todoterreno” confortable y exclusivo lo tenemos claro: uno de sus bañadores. Sofisticada y con personalidad. Esa es la chica Robin que yo imagino y que también ha atrapado a la gran Maria Roch, que vende estas prendas de baño aptas incluso para bucear… O aceptamos snorkel como animal de compañía.
The Room (c/Flassaders 31)
Yamamay
Ritmo frenético. No tienes tiempo y en dos horas necesitas un bañador porque sí, porque este fin de semana te largas, cual camaleón necesitado, a la playa. Todo es mirar y sorprenderse. Yamamay tiene los bañadores de palmeras e inspiración natural que buscamos. Porque eso de que una marca con tiendas en todo el país no sirva lo más elegante en baño no deja de ser un tópico. ¿American Apparel nos fascina, no? Pues Yamamay tiene el mismo toque “exclusivo”. Entra, compara y ama.
Yamamay (Portal del Ángel, 15 /Rambla de Catalunya, 108)
www.yamamay.com
Rosemarin
El triquini tiene su qué: mis bañadores péplum y mis completos sucumben. Porque en la piscina también los puedo llevar y no pierdo partes! Esta temporada los triquinis se vuelven interminables en varias combinaciones y Rose Marin lo sabe; ya sean en un doble tira central desde el pecho hasta la cintura o una tira central única que va anudada al cuello.
Esta marca, cuya diseñadora Tereza Da Mota tiene residencia en Barcelona, se está volviendo una de las novedades más interesantes en cuanto a moda baño se refiere.
La combinación negro sobre negro da un toque sobrio a su estilo que la convierte en un clásico que perdura en el tiempo, en cambio el match del azul marino con el negro da un toque arriesgado a la propuesta que la hace más rompedora y atractiva. Este look crea unos juegos geométricos sobre el cuerpo femenino que hacen de este estilo Op Art un must esta temporada. ¡El triquini efecto “jaula” es una apuesta asegurada!
Los podemos encontrar en www.marcjuancomunicacion.com. Marc Juan y su showroom son la nueva sinfonía del buen gusto estilístico. Entrar en su casita/agencia de RRPP es visitar una mini campiña inglesa en la que seguro quisieras sacar tu espíritu cleptómano. Me ha convencido, ¡bañador y triquini en mi cajón ya!
www.rosemarin.it
Credits: publiqué una versión de este artículo en junio de 2015 en la web enBarcelona.com
