Sus colecciones se caracterizan por su capacidad de fusionar cualquier movimiento de la historia del arte con la última tecnología en impresión digital
“De pequeña me fascinaba todo lo que suponía combinar elementos fruto de mi imaginación con experiencias táctiles, ya se tratase de dibujar, pintar, estallar globos o hacer brazaletes con mis amigas”, explica en exclusiva para el Magazine Lifestyle de La Vanguardia, Mary Katrantzou (Atenas, 1983), una de las diseñadoras más excéntricas y, a la vez, más puristas de la actualidad. Entre sus fervientes seguidoras, Beyoncé, que lució uno de sus vestidos para el sencillo Water, del álbum visual Black is King, a Keira Knightley, Alicia Vikander, Diane Kruger, Cate Blanchett o Lena Dunham, entre otras.
Nacida en la capital griega, Mary Katrantzou es hija de un ingeniero textil y una diseñadora de interiores. Sus intereses artísticos la llevaron hasta Estados Unidos para empezar la carrera de arquitectura en Rhode Island School of Design en 2003. Sin embargo, poco después pidió el traspaso a la prestigiosa Central Saint Martins College of Art and Design, en Londres, donde completó sus estudios especializándose en Diseño Textil.
Fue precisamente en la capital británica cuando su insaciable curiosidad viró hacia los estampados y la impresión digital. Antes de graduarse, ya vendía algunos de sus diseños a la casa de moda norteamericana Bill Blass y colaboró con la diseñadora Sophia Kokolosaki en los estampados de dos de sus colecciones en 2006.
Su graduación fue una rotunda sorpresa y un rotundo revés al minimalismo imperante en esos momentos. Su desfile y primera colección estuvo basada en jerséis que jugaban a crear ilusiones ópticas como si fuesen joyas, lo que la posicionó como pionera en la costura de la impresión digital y le permitió participar en los premios Harrods y L’Oréal Professional. Ese mismo año debutó como diseñadora en la Semana de la Moda de Londres, con una colección que inmediatamente se hizo un hueco en importantes puntos de venta internacionales como Browns, Joyce, Harvey Nichols o Colette.
“No podría imaginar mi sede en ningún otro lugar que no fuese Londres. Su mezcla ecléctica de personas, ideas y oportunidades es perfecta para crecer creativamente. Por supuesto, también me inspiro viajando, pero Londres es donde soy más productiva y, a la vez, reflexiva”, expone esta diseñadora que lanzó su marca en 2008, en plena crisis económica. “No tenía claro lo que era lanzar una firma de ropa, ni tenía experiencia ni conocimientos sobre el mundo del business. Alquilando un estudio a medias y trabajando sin cesar, empecé a ver como la confianza en mí misma y mi firme posición con la narrativa inherente de cada colección, basándome en mis instintos, iban abriéndose camino. A lo largo de los años me he reafirmado en lo importante que es creer en uno mismo”, confiesa.
Sus creaciones se caracterizan por su contundencia gráfica y conceptual. También por una fuerte conexión con la historia del arte y la tecnología. Con esta combinación ha creado una estética genuina, por lo que sus desfiles siempre generan una gran expectación y múltiples reacciones.
Katrantzou es la pionera de la tendencia del Chaos Magic, que aboga por mezclar y combinar estampados y texturas, logrando looks hechizantes que parten de movimientos tan distintos como La Bauhaus, el constructivismo ruso, la psicodelia o la era victoriana: “Cada colección es una combinación ecléctica de ideas. Pueden ser arquitectónicas, una película o un período histórico. Me encanta obsesionarme con una idea y diseccionarla, desmontar y volver a montar un collage de referencias casi opuestas. La única meta en mis colecciones es la imaginación ilimitada y el amor que profeso por la alquimia. Después de todo, la moda no tiene límites”.
Uno de los movimientos preferidos de Katrantzou es el surrealismo, especialmente cómo lo veía Magritte. “El surrealismo me empuja siempre hacia la imaginación y la intriga a la hora de plasmar una idea”, sentencia contundentemente. Precisamente la técnica del trompe l’oeil es una constante en su trabajo, buscando ese espacio entre idea e imagen, interpretación y realidad, para crear prendas deliciosas y a la vez desconcertantes. Armonía en una iconografía caótica y electrizante, como hacía también el gran Alexander McQueen.
Ahora, la diseñadora ha aplicado sus referentes estéticos y sus conocimientos de simetría y proporción que adquirió al estudiar arquitectura al mundo de las alfombras, lanzando una colección en colaboración con THE RUG COMPANY que se vende de forma exclusiva en nuestro país en BSB ALFOMBRAS. Se trata de siete alfombras inspiradas en los diseños audaces e imaginativos de algunas de sus colecciones más simbólicas. Así, por ejemplo, los tres diseños florales de la colección, Bluebell Daydream, Garden of Eden y Botanical Paradise, son el resultado de la colección SS18 de Katrantzou, Nostalgia. Estas flores magnificadas y coloridas contrastan con las flores monocromáticas de la alfombra Valley, donde el diseño contemporáneo que sintetiza el tamaño y la escala crea un efecto surrealista.
Con un color vivo y formas orgánicas simples, la alfombra Framis representa formas audaces anudadas en seda sobre un fondo de lana gris suave, dando a los colores una intensidad similar a una joya. Por último, las alfombras Sunray Nude y Sunray Pink materializan un dramático motivo de sol de seda, con rayos metálicos que comienzan en el centro y se van estirando hasta los bordes de la pieza de interiores. Este diseño, inspirado en el arte del esmalte, irradia una luz deslumbrante transformando cualquier espacio.
“Adaptamos los estampados a las medidas y materiales de alfombras de gran tamaño. Las flores siempre han sido un tema recurrente en mis colecciones. En mi casa soy más de los modelos Sunray, pero Framis, sin tanto detalle, es también una representación de mi melancolía cuando pienso en la infancia”, expone una diseñadora que siempre viste de negro. “Me paso el día entre cartas de color y buscando matices a cada uno de ellos, así que necesito en casa y en mi vestimenta algo mucho más estéril. Eso sí, cuando puedo tomarme unas vacaciones, llevo prendas en otros colores. El color es liberador y tiene un gran poder emocional”, comenta sonriendo.
Su trabajo, incluso en interiorismo, forma parte también del denominado demi-couture, un movimiento en consonancia con el del slow fashion: crear prendas que huyen de las tendencias del momento en pro de las que pasarán de generación en generación. Como Mary Katrantzou siempre dice: “El utilitarismo jamás ha sido una prioridad para mí. Pienso que la artesanía y la tecnología son el ying y el yang de todo armario de ahora en adelante”, concluye esta voz sine qua non en el diseño de moda.
by Anna Tomàs
