Père Lachaise, cementerio de ensueño

París, ciudad del amor. Aunque dicen que tal sentimiento nunca muere, los amantes sí suelen claudicar ante esta ley universal, y el cementerio Père Lachaise es testimonio de ello. Los restos mortales de filósofos, poetas, escritores, pensadores y músicos –y en ocasiones todo ello a la vez– reposan en el conocidísimo camposanto, localizado en el chic 20ème arrondissement. Se trata, sin duda, de un resumen de los hombres y mujeres más notables de los últimos tres siglos. Edith Piaf, Jim Morrison, Honoré de Balzac, Gertrude Stein o Marcel Proust son algunos de los nombres que se pueden leer, grabados en piedra, al pasearse por la evocadora necrópolis al son de un réquiem.

Al mismo tiempo, fuera del cementerio más grande intramuros, el prêt-à-porter late a todo color y a ritmo de pop, y es una parte imprescindible del must see del París más contemporáneo.

Melancólica sinfonía de épocas, así es París. Estas dos facetas de la ciudad, la fashion y la cultural, se funden en una sola cuando eclosiona un fenómeno tan improbable como es el de vislumbrar, curioseando sin rumbo entre célebres lápidas, sesiones de fotografía de moda con un fúnebre espacio como set fotográfico.

Siempre he sido fan del fenómeno blogger: considero que es la máxima expresión de la democratización del talento online. Jóvenes y creativas amantes del front row –chicas en su mayoría, aunque hay maravillosas excepciones- crean inspiradas editoriales de moda en los que sacan a relucir sus mejores galas. En este caso, además de una colección de ropa, zapatos, bolsos y accesorios para ponernos los dientes largos, mi admiración se focaliza en la creatividad de tan explosiva mezcla: muerte y estilo. ¿Lo mejor de todo? Es una combinación que funciona muy, muy bien. La puesta en escena evoca y transmite: es atrevida, transgresora, diferente.

Celebrities francesas de la moda online, tales como Alix, del blog The cherry blossom girl, o Louise, de Miss Pandora, fueron las abanderadas de dicho movimiento que, a día de hoy, cuentan con abundantes adeptos, ya sean bloggers internacionales que hacen parada y fonda en la ciudad o turistas, visitantes y curiosos que husmean la zona a la espera de toparse con este escaparate nómada de lo trendy e incluso obtener alguna instantánea para su álbum personal.

Se dice que los mayores descubrimientos de la humanidad sucedieron por accidente, y tal vez estas amantes de la moda consiguieron, sin proponérselo, hacer de la muerte algo más cercano, deshacerse de tabús y cambiar esquelas por subscribes y follows.