Bélgica sigue en el mapa. Después de los 6 de Amberes, la moda del país del que proceden Dries van Noten, Ann Demulemeester y Veronique Branquinho, entre otros, sigue viento en popa a toda vela. Una nueva generación de artistas ha hecho de Bruxelles y Amberes un hechizo pirotécnico sin paréntesis posible. Sus nombres todavía se susurran, pero hoy hemos decidido dar el micrófono a uno de sus miembros y talentos: Sofie d’Hoore.
¿Si tuvieras que definir en un solo adjetivo tu estilo, la palabra escogida sería?
Vanguardista.
¿Y tu colección para esta primavera?
¿Me dejas usar dos palabras? Color Splash.
Verdes flúor combinados con colores camel. ¿Cuál es la inspiración?
Arena, playas inmensas. Si tuviera que convertirlo en un haikuí diría que la colección son noches y océanos.
¿Los complementos ideales de tu nueva colección son?
Sandalias en plateado con calcetines de algodón.
A diferencia de lo que hizo famosa a la moda belga, el llamado deconstruccionismo, tus prendas son más bien una suma de elementos. ¿Es así?
Cierto, para mí, cada pieza es un cúmulo de pequeñas piezas delicadamente elaboradas y, anteriormente, pensadas hasta la saciedad.
¿Sumar o restar?
La esencia es visible, pero creo más en la estratificación que en la deconstrucción.
¿En qué momento decidiste dedicarte a la moda?
Me crié en Amberes. Tras graduarme como dentista, de pronto decidí darle otro rumbo a mi velero…
¿Meditado? ¿A dónde te llevo tu embarcación vital?
Siempre me había interesado la moda y tuve literalmente una corazonada con mi destino. Así que me inscribí en la Academy of Antwerp y, de allí, me fui a Italia. En 1992 nacía mi firma. Creo que ahora el horizonte es nítido.
¿Qué te define como diseñadora?
Diría que, por encima de la creatividad, la determinación.
Tu firma es un tótem para las jóvenes japonesas. ¿En qué otros lugares causas furor?
En Italia, y también en los Estados Unidos. Pero el de Japón sigue siendo, junto al belga, el mercado dónde más éxito tiene mi firma.
¿Vendes online?
Soy de aquellas personas a las que le gusta tocar un tejido y ver una prenda con los propios ojos antes no tan solo de comprarla, sino incluso de probarla. Por ello sigo prefiriendo vender a través de retailers y pequeños comercios autóctonos que no a través de la red… Quizás acabaré cediendo a lo que indique la brújula del tiempo.
¿En qué tiendas de España podemos empaparnos de Sofie d’Hoore?
En Luz Plasencia, en Madrid, en Monza, en Bilbao y en Julia Tragoni, en Pamplona.
¿Qué mujer no se resistirá a tus colecciones?
Aquella con una fuerte personalidad. Me encanta que mis prendas, aún en su percha, causen impacto. La belleza es un choque frontal. Mis prendas demuestran la importancia de hacer patente y presente la personalidad que late en nuestro interior.
¿Tu definición de elegancia sería?
Ser uno mismo.
¿Cómo renuevas tu firma cada temporada?
Es una evolución constante. Creo que la creatividad reside precisamente en mirar más allá, en vivir en todo momento con los pies en las aguas del futuro.
¿Un parón para ver un film o escuchar una sinfonía implicaría a qué maestros?
Hitchcock y Stravinsky.
¿Cuáles son tus futuros retos?
Me encantaría diseñar una colección para hombre. Mis clientes y amigos de sexo opuesto me lo piden constantemente. Debo hacerlo pronto.
Por último, ¿cómo describirías un día perfecto?
Perdida entre la naturaleza más salvaje o en plena metrópolis urbana.
Credits: entrevista publicada en 2011 en Hache Magazine.
Adoro los diseños y cortes belgas. Tras el éxito de los seis de Amberes me he habituado a ir a Bélgica una vez cada dos años para comprarme ropa en sus tiendas, en Dansaeert, y en Amberes. Es ropa para siempre.
Una deliciosa entrevista, enhorabuena
Gracias por tu comentario, Maria. Un placer que te haya gustado. Los cortes belgas no tienen parangón!