“She comes in colors everywhere;
She combs her hair
She’s like a rainbow
Coming colors in the air
Oh, everywhere
She comes in colors”
(She’s a rainbow, The Rolling Stones)
Más allá de los grandes museos, Barcelona está repleta de pequeñas galerías y fundaciones que muy a menudo ofrecen exposiciones de ensueño. Es el caso de la muestra de instantáneas de Garry Winogrand que hasta junio puede verse en la Fundació Foto Colectania.
Garry Winogrand está considerado uno de los grandes renovadores de la fotografía norteamericana del siglo XX, y junto con Lee Friedlander, representa ese “nuevo estilo americano” que abrió nuevos caminos en la denominada Street Photography.
Durante los años sesenta, se dio un cambio de actitud entre las mujeres basado en un profundo ejercicio de libertad interior y exterior. El objetivo fotográfico de Winogrand recogió como nadie esa transformación social y, durante toda una década, construyó un documento único e inédito que inmortalizó para la historia de la fotografía ese enérgico cambio. El llamado “príncipe de las calles” se ganó el título gracias a su recorrido exhaustivo para recoger las actitudes de las mujeres en su vida diaria, actitudes que devinieron formas.
La serie de Women are Beautiful, que es la que ocupa las dos plantas de la Fundació Foto Colectania, aparece en 1975, fecha en la que se publica el libro del mismo título. Seleccionadas por el entonces director del Departamento de Fotografía del MoMA, John Szarkowski, pocos años más tarde el libro se convertiría en el singular portfolio de las 85 fotografías de época que componen esta exposición.
Hasta esa fecha, el empeño de Winogrand pasaba por fotografiar a mujeres en cualquier parte: en las piscinas, en las fiestas de sociedad y, sobre todo, en las calles de Nueva York. Huyendo del posado desnudo o el retrato de estudio, Winogrand exploró la manera en que las mujeres expresaban su sexualidad a través de sus vestidos, peinados, risas o susurros.
Winogrand combina la espontaneidad con una aparente confusión, que no es más que la conciencia de la complejidad del mundo que fotografía: “Fotografío una cosa para saber a qué se parece esa cosa una vez fotografiada”.
La presencia de las figuras humanas contrapuestas con las multitudes y las calles en sus fotografías nos desvela una nueva manera de mirar, en la que la anarquía se traduce en una riqueza de formas y estructuras. Al estilo sesgado y frío de Winogrand se le asocia con el expresionismo abstracto y sus constantes diagonales son análogas a los brochazos de la pintura de esos años. Si Robert Frank fue el fotógrafo fundamental de los cincuenta, Garry Winogrand es uno de los más grandes de los años sesenta.
Credits: publiqué una versión de este artículo el 19.04.2011 en Go Mag, portal de música independiente y cultura urbana
